jueves, julio 14, 2011

La desaparición de Maika Makovski

No era fácil. Su disco anterior, titulado con su nombre, era el más completo que había grabado hasta ahora. Pero tía Mako, como le hablamos a June de ella, es culo de mal asiento. No sabe estarse quieta y emprendió una difícil tarea. Se acercó a otro arte escénico: el teatro. Y aceptó encargarse de musicar unos textos de Edgard Allan Poe que, bajo la dirección de Calixto Bieito, iban a formar el eje central de Desaparecer, una obra interpretada por Juan Echanove y ella misma. Encima se atreve a hacerlo sin su banda habitual, esos makovskis que, a veces, se disfrazan de Chinaski. Estrena músicos, estrena texturas y repite intenciones, las de “matar” con su música al oyente. Hacerle traspasar horizontes y encaminarlo a terrenos sorprendentes en la escucha. Lo hace con una receta que domina como nadie. La de combinar esas piezas a piano y voz que estremecen («Disappear») con el blues arrastrado y calado de «We’re Alive», las cadencias oscuras de «Only Innocence Is Capable Of Pure Evil» o la experimentación de «The Gate». No falla, ni ella, ni la banda. Todo es muy bueno. Y era difícil. Mantiene el nivel, y encima nos enteramos que en agosto vuelve al estudio para grabar con sus makovskis. Sencillamente exuberante y, si me permiten, y por eso de las comparaciones, ya quisiera PJ Harvey….De momento, sólo lo pueden comprar en el teatro. Ah, sí, su título. De nuevo. Desaparecer.

Sonando: Iron Bells de Maika Makovski

No hay comentarios: