lunes, marzo 17, 2014

¿En qué gastaría 187 días una ardilla tremendamente paranoica?



En todos los demás aspectos, en relación con la forma de archivar y conservar los discos en buen estado, bibliografía sobre el tema y demás objetos relacionados con el pop, soy una combinación de un archivista que teme perder su trabajo y una ardilla tremendamente paranoica. (Lost in music, Giles Smith)

Esta cita extraída del excelente libro de Giles Smith que Editorial Contra acaba de poner en circulación traducido me viene de perlas para contestar algo que me preguntan continuamente: cómo ordeno mis discos. Por partes. En primer lugar vamos por los vinilos. Estos están colocados por orden alfabético, simplemente (y me cabrea enormemente encontrar uno fuera de su sitio). Por lo que respecta a los CDs, el criterio es el mismo con una sola salvedad, la separación entre música nacional e internacional. Hasta ahí, mi método no tiene demasiado misterio si no fuera porque introduzco todos y cada uno de mis discos originales en una base de datos creada por Yursoft. Eso sí, el disco no se introduce en la base de datos hasta que no vaya a ser archivado y esto sucede cuando lo doy por escuchado. Eso significa que al lado de mi equipo de música hay un montón de discos en diversos formatos que considero “en escucha”. Cuando el tiempo pasa y el disco ocupa su lugar en la estantería entonces llega la hora de introducirlo en la base de datos con su respectiva portada, lista de canciones, discográfica, duración total, etc. Gracias a este último dato he descubierto algo muy freak, y es que esta "ardilla tremendamente paranoica" puedo estar 187 días, doce horas y cuatro minutos oyendo discos diferentes sin parar uno detrás de otro. Casi nada.

Sonando: Dog in a circus de My Yellowstone

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