jueves, abril 30, 2015

Lo de Zac Brown Band ¿va en serio?





La verdad es que no sé muy bien como describir mis percepciones ante la escucha del nuevo disco de Zac Brown Band, Jekyll+Hyde. Cuarto disco de la banda que no salvan ni la aparición de Chris Cornell en «Heavy Is The Head» ni la versión del «Dress Blues» de Jason Isbell. Este hombre es el que, en teoría, ha ocupado el puesto dejado vacante por Garth Brooks como súper estrella de la música ¿country? Pero es que el amigo Garth dejó unos cuantos buenos discos, en mi opinión, y, sin ir más lejos, su álbum en directo es una maravilla para los amantes de lo vacuno. Dicen Zac y compañía que están intentando ampliar horizontes y no centrarse en el country. Me lo creo porque ¿qué es la inicial «Beautiful Drug»? Si eso no es una canción de discoteca que venga alguien a sacarme del error. Dice el New York Times que el cambio que confirman con este disco “no beneficia a su música”. Suave forma de decirlo. Yo solo salvaría «One Day» en la que parece vestirse de Kenny Rogers, pero poco más. En mi opinión se han pasado de frenada ¿Hip-hop? ¿Música electrónica? Tan innecesario como superfluo y olvidable.

Sonando:  One Day de Zac Brown Band




martes, abril 28, 2015

Hootie & The Blowfish, la banda que supo reinar en las ondas

Corría 1998 y la prensa especializada quedó sorprendida ante la resurrección de una banda que daba por muerta. Porque Musical chairs entra como un huracán en las listas de éxitos y sitúa ‘I will wait’, su primer single, en el número 1 y el álbum en el 4 de Billboard. Hootie & The Blowfish vuelven a sonar con un espíritu jovial que parecía haber perdido en su predecesor y Rucker, excepcional cantante, parece en estado de gracia con su evidente influencia soul

Las trece canciones del disco entran de forma espléndida al oyente. Da igual si adoptan un sonido cercano a R.E.M., una de sus bandas referencia en ‘Wishing’, o si se ponen el vestido de Uncle Tupelo en la acústica ‘Michelle post’. Su calidad es indiscutible y su potencial comercial también. Todo parece estar en su sitio: cuerdas, violines, vientos. Eso sí, las ventas volvieron a quedarse en dos millones de copias, insuficientes para la compañía, una vez más, aunque hoy la cifra pueda parecer de vértigo. Quizá por eso tardaron cinco años en volver a editar un disco, este de título homónimo, que aunque producido por Don Was hacía bueno el dicho de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

Texto parcial del publicado en www.efeeme.com. Completo AQUI.

Sonando: I Will Wait de Hootie & The Blowfish




lunes, abril 27, 2015

Blitzen Trapper rinden homenaje a Harvest



El pasado mes de octubre, Blitzen Trapper, uno de esos grupos a los que conviene no perder de vista aprovechaban su vista a Portland, su ciudad, para interpretar íntegro Harvest de Neil Young y homenajear así a unos de sus ídolos declarados. Lo bueno es que el show fue grabado y la banda ha tenido el detalle de editarlo aprovechando el Record Store Day, en uno de los lanzamientos del día de las tiendas de discos que se me antoja más interesante. Un disco que, por cierto no llegó a las tiendas españolas. La grabación es espléndida. Doy fe. El grupo domina las canciones desde el respeto y el reconocimiento. Evidentemente no superan en ningún momento al original pero ¿es eso posible? Entonces ¿tiene algún interés hacerse con él? Por supuesto. La oportunidad de ver a una de las mejores bandas contemporáneas de rock americano facturando un clásico de principio a fin debe recompensarse por su valentía. Además, calidad les sobra un rato también.

Sonando: Old Man de Blitzen Trapper


sábado, abril 25, 2015

El inesperado retorno de The Sonics

Espectacular e inesperado retorno al primer plano discográfico de uno de los grupos esenciales para entender el garage y su evolución. Producido por Jim Diamond, ex bajista de The Dirtbombs y productor del debut de The White Stripes, el disco capta una energía inhabitual para bandas que, como esta, llevan seis décadas en la carretera. Pero es que además este es su primer disco con material nuevo ¡en cuarenta y nueve años! Versiones espléndidas, como siempre, de Willie Dixon, The Kinks, Ray Charles, Marty Robbins y, sobre todo Hank Ballard & The Midnighters que les sientan como un guante, buenos temas propios como “Bad Betty” y, por encima de todo, un excelente trabajo vocal por parte de un Jerry Roslie que recuerda a su mejor época conforman un disco a situar entre sus mejores trabajos. Ojo.

Reseña del disco This Is The Sonics publicada en www.mondosonoro.com 

Sonando: Bad Betty de The Sonics  



martes, abril 21, 2015

Los inicios de Grayson Capps reeditados



En 1999 Grayson Capps debutaba con un single prometedor llamado Stayin’Chain a través de una discográfica alemana. Después tardaría hasta cinco años en volver a aparecer en un plástico hasta que en 2005 su nombre se encuentra dentro de la banda sonora de la película A Love Song For Bobby Long. Eso sí, aparecer en ella junto a gente como Los Lobos o Nada Surf le dio la oportunidad de grabar su primer larga duración. Ahora, diez años después y para celebrar la efeméride se reedita ese If You Knew My Mind con tres temas inéditos, entre los que destaca una espléndida versión de «Keep Your Lamp Trimmed and Burnin’» tema góspel tradicional grabado por gente como Blind Willie Johnson, a quien se suele atribuir su autoría, Reverend Gary Davis o Mississippi Fred McDowell. Pero más allá de ese material no publicado anteriormente, debemos quedarnos con la oportunidad para aquellos que no lo hicieran en su momento, de adquirir un excelente disco que supuso el punto de salida a la carrera de uno de esos ilustres desconocidos. No diré que es mi disco favorito de Capps, me quedo con el segundo, Wail & Ride, pero es un álbum de esos que los amantes del rock americano han de tener sí o sí.

Sonando: Keep Your Lamp Trimmed and Burnin’ de Grayson Capps


lunes, abril 20, 2015

Lecturalia (primer trimestre 2015)



Tiempo llevaba ya sin pararme en los libros leídos (con alguna excepción que ha merecido entrada propia), así que ahí va un resumen de lo leído estos tres primeros meses de 2015. Bueno, bonito y variado, como siempre.

Se Se Sabrà Tot – Xavier Bosch (304 páginas). Primera aparición literaria de un personaje destinado a la permanencia: el periodista Dani Santana. En esta ocasión acompañado por un carismático personaje como el Senza. Para engancharse a la serie, sin duda.

Galveston – Nic Pizzolato (288 páginas). Tocaba leer esta novela firmada por uno de los creadores de True Detective que, lo cierto, hace honor a su fama. No hay sorpresa, está todo lo que tiene que estar en una novela de serie negra con los gángsters como protagonistas.

El Murmullo – Milo J. Krmpotic (192 páginas). Sigue Krmpotic empeñado en abrir un nuevo camino en lo que respecta a la novela negra y su último trabajo es un paso más. Aquí tan importantes como habitualmente puede ser detectives, ladrones o mafiosos, lo son los espectros que rodean a una protagonista tan bien definida como de costumbre. Talibanes del género se rasgarán las vestiduras, el resto disfrutarán como cosacos (Reseña publicada en Mondosonoro).

Canciones Para Enmarcar – Jaime Urrutia (240 páginas). El cantante de Gabinete Caligari hablando sin rubor de sus temas favoritos por diferentes motivos. Entretenido, aunque servidor esperaba mucha más carnaza en algunas cosas y, sobre todo, más anécdotas.

La Entrega – Dennis Lehane (192 páginas). Reconocida por convertirse en su versión literaria en el último papel que interpretaba el gran James Gandolfini antes de su muerte, llega de la mano de Black Salamandra este cuento relato corto del súper ventas que es ya Dennis Lehane. Para la ocasión abandona los grandes criminales protagonistas de muchas de sus novelas para centrarse en pequeños delincuentes y personajes de baja calaña que juntos integran una sector de la sociedad turbio. Ahí está el alcohólico agente Torrres, tan obsesionado por la religión como por las drogas. El desenfrenado Eric Deeds, con una personalidad cercana a la psicopatía. La ex prostituta y ex novia de este último Nadia, tan oscura como entrañable. El primo Marv, ladrón de poca monta que arriesga el pescuezo por cambiar su ingrata existencia de cabo a rabo. Y, en medio de todo, el bueno de Bob y su pit-bull encontrado en la basura. Un puzzle que se va construyendo de manera ágil para dar forma a una historia dinámica y adictiva. Que no todo van a ser grandes tochos destinados a ejercer de pisapapeles, hombre. (Reseña publicada en Ruta 66)

Ed Wood: Platillos Volantes y Jerseys de Angora – Miguel A. Parra (144 páginas). Repaso a la vida y obra del llamado peor director de la historia del cine. Biografía justita aunque disfrutable.

Mercado de Invierno – Philip Kerr (416 páginas). Un entrenador de fútbol bocazas y malcarado que se cree por encima del bien y del mal es asesinado en Inglaterra.  Más allá de los paralelismos con alguien que la mayoría identificaremos, más que entretenida y disfrutable. Que no les asuste sus condición de Best seller.

Cultos Paganos – Ezequiel Martínez (255 páginas). Es más fácil definir qué no es este libro a lo contrario. Ni novela, ni poesía, ni teatro, ni cuentos. O quizá es que los textos aquí recogidos tienen un poco de todos esos géneros. En todo caso se leen con interés y suponen un soplo de aire fresco a la, en muchas ocasiones, envarada estilísticamente escena de las letras nacional. Un aplaudo por la osadía. (Reseña publicada en Mondosonoro)

El Miedo Más Profundo – Harlan Coben (368 páginas). Siempre disfruto de las aventuras de Myron Bolitar. Aquí está la séptima, con hijo imprevisto incluído.

Paul Está Vivo – Héctor Sánchez y David Sánchez (219 páginas). Recopilatorio de anécdotas rockeras que se lee de un tirón. Ameno y fugaz.

¿Acaso les Molesta el Ruido que Retumba en mi Sesera? – Steven Tyler (449 páginas). Reconozco que me costó horrores meterme en él e incluso lo abandoné tras cien páginas, pero al final me enganché a las aventuras del cantante de Aerosmith. Eso sí,e speraba más carnaza.

El Cas Del Serrell – Albert Gil (240 páginas). Novela negra sobre el robo de unos derechos de autor. Drogas, sexo, rock and roll. Pues eso. Encantado.

Justicia Poética – Elliott Murphy (237 páginas). Hace unos días hablaba de ella por aquí, así que no me extenderé. Fantástico western a cargo de uno de los grandes losers del rock americano.

Lo que Pasa Cuando no Pasa Nada – Jordi Cervera (64 páginas). Poesía marcada por un montón de nombres propios pertenecientes al mundo del rock. Canciones sin música. Muy bueno.

LIBRO DEL MES

Matar a mi Madre – Jules Feiffer (160 páginas). Magistral novela gráfica, excelentemente dibujada y con un argumento tremendamente adictivo. Libro del trimestre por méritos propios.

Sonando: Bad of Ford de Ray Wylie Hubbard

domingo, abril 19, 2015

Recuperando a Reef

Ayer sábado recuperaba para Efe Eme uno de esos discos que, sin saber muy bien la razón, recuerdas con un cariño especial. Se trata del segundo disco de los británicos Reef. En Efe Eme puedes leerlo entero, pero ahí va un fragmento del texto:

El grupo comandado por Jack Bessant y Gary Stringer había debutado en 1995 con “Replenish”, convertido rápidamente en disco de oro. El rock de reminiscencias setenteras de los británicos cayó de maravilla en una década dominada por el grunge y supieron aprovecharlo. Dos años después llega el siempre difícil segundo disco, y Reef no solo cumplieron las expectativas sino que con “Glow” superan su debut.

Un álbum más variado que el anterior, más influido también por sonidos americanos y con un single como ‘Place your hands’, auténtico rompepistas, que los llevó directos al número 1 de las listas británicas de álbumes y al 6 de las de singles. Pero es que, además, el disco contiene piezas como ‘Come back brighter’, ‘Yer old’ o ‘Consideration’, auténticas cimas creativas de la banda que, en su posterior “Rides” bajaron el nivel para no volver a recuperarlo.

Sonando: Place your hands de Reef


miércoles, abril 15, 2015

Sobre el concierto de The Jayhawks



No fui al concierto de The Jayhawks por lo que poco puedo opinar de él, pero sí de cierta polémica creada a su alrededor. Hace unos días algunos expresamos nuestra intención de no acudir al mismo. Unos aludían falta de ganas, otros imposibilidad y algunos, entre los que me encuentro, decepción ante sus anteriores visitas. Tras el concierto, vistos los comentarios, parece ser que nos equivocamos. Cierto es que los que sí acudieron, tras leer algunas de nuestras intervenciones en redes, iban con una predisposición a que les gustara y a que fuera “el concierto del siglo”. Por ello ahora se leen cosas como que es la mejor visita de la banda a nuestro país. Eso, con permiso, voy a ponerlo en duda. Servidor se ha visto todos los videos que corren por la red (forma que no es la mejor para hacerse la idea, cierto) y no ve por ningún lado el cambio de actitud y la “fiesta loca” que parece que se montó la banda. Pero dado que gente de cuyo criterio me fío como Silvia Beltrán (a pesar de ser la fan número uno del grupo), Joserra Rodrigo (aunque a él le guste Mockingbird Time y a mi no), David Jiménez o Alfred Crespo me han dicho que fue un buen concierto, me lo creo.

Siguiente punto. Las discusiones en las redes han acabado con palabras como sobreexposición o afirmando que hay muchos grupos en Estados Unidos como mínimo iguales a The Jayhawks. Dos verdades como templos. Por partes. La sobreexposición existe, pero no sería un problema si la banda no hubiera aparecido demasiadas veces con el piloto automático puesto. Eso ha hecho que algunos nos cansemos. Y no me vale lo de que Louris canta como los ángeles (cierto) o las canciones son enormes (más cierto). Yo, y hablo de mí, necesito algo que no me den los discos para levantar mi culo gordo del sofá. Y Louris canta igual de bonito y las canciones son igual de buenas en disco. Necesito una energía, una actitud, un buen rollo…Algo que me aporte lo que el disco no puede darme. Respeto a los que no lo necesiten, pero no es mi caso. A mí lo de cerrar los ojos y parecer que estoy oyendo el disco en casa no me va.

La segunda parte hace referencia a algo que me temo que no tiene solución. Y es el encumbramiento de algunas bandas (merecido o no, en este caso creo que se lo han ganado a pulso aunque no tanto mantenerlo) y no querer arriesgar 8 o 10 euros a nuevas cosas. En los últimos meses han pasado por Barcelona varias bandas que, más o menos, van en la línea (con matices) de The Jayhawks. Ha Ha Tonka, Sons of Bill, Wild Feathers…..Algunas de ellas no han conseguido pasar en sus conciertos de las 40 personas y ayer había 800 para ver a Louris & Co. ¿Qué pasa? ¿Les gusta la música o tener la entrada colgada en su recibidor? Convención social, señores. Si cuando viene Springsteen o ACDC se ha de ir porque es “hay que estar”, con grupos como The Jayhawks (y esto no es culpa de ellos ¿eh?) sucede lo mismo pero a nivel underground claro. Da igual lo que digas, siempre habrá alguien que te diga “pero son los Jayhawks”.

Otro tema recurrente es que la banda viene a “hacer dinero”. Hombre, claro. Ahí nada que reprochar. Son músicos profesionales y viven de eso. Solo faltaría. Eso sí, si vienen es porque nosotros “los llamamos” en forma de llenos de sus conciertos. Que no son idiotas. Un grupo ha de cobrar porque está haciendo un trabajo. Su trabajo. No me parece de recibo acusarles de eso.

Finalmente está el tema repertorio y ahí no puedo estar más de acuerdo con “mi socia” Silvia Beltrán. Algunos se quejan ahora de que vienen sin temas nuevos y cuando vienen con disco nuevo se quejarán de lo contrario. Otro tema sin solución y que nos pasa a todos demasiado a menudo. Necesitamos que los grupos nos toquen todos sus clásicos siempre, pero si lo hacen les decimos que no arriesgan y no hacen temas nuevos.

Dicho esto, que cada uno haga lo que quiera con su vida. Yo opino, no doy lecciones. Me alegro que haya 800 personas que disfruten de The Jayhawks porque es música de calidad, aunque no entienda que ni el 10% de esa cifra vaya a otro concierto del mismo estilo en la puerta de al lado prácticamente una semana antes. Y ojo, dados los comentarios de los anteriormente citados, volveré a verlos si vuelven. Por algo entre los 10 discos de mi vida siempre cito uno de los de Minnesotta.

 Sonando: Tailspin de The Jayhawks

martes, abril 14, 2015

Josh Rouse, ni sí ni no, casi

No puedo evitarlo. Las dos canciones que abren el nuevo disco de Josh Rouse me recuerdan irremisiblemente a Jorge Drexler ¿Me he vuelto loco? Pues escuchándolas una y otra vez creo que no ¿Es eso malo? Pues tampoco. Drexler es un espléndido compositor e intérprete pero no es lo que yo espero de Rouse. La cosa cambia con “New Young” y nos acerca, de nuevo, a texturas más próximas al de Nebraska (cuando no le da por tornarse mediterráneo). Entonces “esta surrealista terapia de un expatriado”, como el mismo ha definido el larga duración, ¿es un mal álbum? Pues la respuesta también es negativa. Hay arreglos bonitos, algo marca de la casa, referencias evidentes a Glen Campbell y a Bob Dylan, y un montón de buenas intenciones. Lástima que la losa de “Nashville” y “1972” siga siendo tan pesada. Y es que todavía quedan muy lejos aquellos tiempos de bonanza.

Reseña del disco The Embers of Time publicada en Mondosonoro.

Sonando: New Young de Josh Rouse



domingo, abril 12, 2015

La Justicia Poética de Elliott Murphy



“Escribir novelas es una actividad solidaria donde no hay aplausos ni bises que te digan si vas en la dirección correcta. Cuando escribo tengo que ser mi propio público”. Elliott Murphy en Ruta 66 número 325.

Un ejercicio de estilo. Eso es lo que pretendía hacer Elliott Murphy con su novela Justicia Poética, y es lo que ha hecho. Un western con mucho de tradicional y algunas pinceladas poco ortodoxas. Dándole protagonismo a un personaje tan real como el poeta Walt Whitman pero desubicándolo históricamente para convertirlo en parte de su trama. Una parte esencial, puesto que la novela gira alrededor de un asesino, Petit Jean, que ama la poesía tanto como las balas. Con mucho de Jim Thompson y algo del Scorsese de Gangs of New York, Murphy demuestra saber lo que hace. Escribe bien, te atrapa en una sinopsis más bien sencilla, con pocas complicaciones desde el inicio pero que no por previsible se deja de convertir en amena. Por si eso fuera poco, el mismo Elliott Murphy se encarga de grabar tres canciones que en formato de EP acompañan al lanzamiento y que podríamos considerar la banda sonora de la novela. El único pero es que no se haya atrevido con un larga duración íntegro.

Sonando: The Ballad of Petit Jean de Elliott Murphy


miércoles, abril 08, 2015

Duke Garwood, sentado a la derecha de Lanegan



El multiinstrumentista Duke Garwood ha decidido por fin dejar de ser aquel colega de Mark Lanegan con el que editó un disco a medias (“Black Pudding”, en 2013) y al que se trajo de telonero por estas tierras, o el colaborador habitual de gente como Savages, Kurt Vile o Seasick Steve. Y eso es una buena noticia que se confirma con la escucha de “Heavy Love”. No, no es un debut, porque antes que este hay cuatro discos más en solitario, pero sí es su mejor trabajo con diferencia.

El de Londres ha ejercido de esponja y ha asimilado toda la música que se movía a su alrededor. Gruñe como Lanegan, tiene una concepción melódica cercana a la de Vile y su narrativa no se aleja demasiado de la de Seasick. Además, tengo la impresión de que si Jim Morrison estuviera vivo haría cosas como “Burning Seas”. Así que con esas referencias parece imposible no fallar, y no lo hace.

Reseña publicada en www.mondosonoro.com 

Sonando: Sometimes de Duke Garwood