martes, enero 26, 2016

Sturgill Simpson, cuando la canción toma la delantera

Es curioso que a pesar de que la mini gira que acaba de traer a Sturgill Simpson a nuestro país se presentara como “Solo Tour” muchos esperaran la presencia de una banda de apoyo junto al de Jackson. Evidentemente eso no sucedió, pero tampoco impidió que todo el mundo saliera de la Sala Rocksound con una sonrisa de oreja a oreja ante el buen show presenciado. Cierto es que con su repertorio, basado evidentemente en los dos excelentes discos que son High top mountain y Metamodern sounds in country music, la cosa debe ser más sencilla. Pero también lo es que los conciertos acústicos no son fáciles y una buena lista de canciones no es garantía de éxito. Hace falta también una buena capacidad vocal e instrumental, actitud y tablas. Muchas tablas. Cualquiera no puede enfrentarse a una audiencia parapetado detrás de una guitarra y salir airoso. Pero Simpson lo hizo. Porque va sobrado de todo eso.

Cerca de hora y media estuvo el norteamericano sobre las tablas de una sala que parece mejorar en cuanto a sonido con cada concierto que pasa. Tiempo en el que desgranó sus discos casi al completo y nos compungió con una soberana versión del «Crying» de Roy Orbison que se llevó a su terreno con aparente facilidad y una maestría al alcance de muy pocos. Vibró e hizo vibrar y en lo único que falló, y que también piden estos conciertos, es en la comunicación con un público respetuoso como en pocas ocasiones se puede ver. No hubiera estado de más algún que otro comentario más entre canción y canción, pero la cosa no podía ser perfecta. Aunque poco le faltó.

Reseña publicada en la wbe de Ruta 66.

Sonando: Railroad of Sin de Sturgill Simpson

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